Día 1: Esquí, Patinaje sobre Hielo y Velada Nocturna
A las 7:10 suena el despertador y la pereza es derrotada
mayoritariamente por las ganas de esquiar. En aquellos chavales en
los que el sueño es pertinaz, resulta de gran ayuda el aporreamiento
de puertas por parte de los monitores a las 7:15.
A las 7:45 está
todo el mundo desayunando y a las 8:30 vamos ya en el bus camino de
la estación de Astún.
Vista desde el autobús. |
¡Euforia ante lo que nos espera! |
Ni siquiera la
rotura del manguito del turbo del autobús nos impide llegar a la
estación (haciendo, eso sí, una gloriosa entrada a 12km/h). El
retraso que ocasiona el incidente hace que tengamos que acelerar en
el proceso de “puesta de botas”. Es esta una tarea trivial
a -priori- pero hay más de uno al que, con las prisas y la presión,
se le hace bastante cuesta arriba. Finalmente -con la lengua fuera
por el esfuerzo- conseguimos llegar a las pistas. Los chicos se
dividen por niveles en las distintas clases y todos empiezan a
disfrutar del primer día de nieve.
Tras una comida
reconstituyente, disfrutamos de un par de horas más de esquí
libre, hasta la vuelta al bus. El manguito del turbo había sido
convenientemente reemplazado durante nuestra jornada esquiadora y la
vuelta al hotel estuvo exenta de emoción, lo que favoreció la
proliferación de las siestas entre el pasaje.
Ya en el hotel,
apenas hay tiempo para una ducha rápida antes de la sesión de
patinaje sobre hielo. ¡Los músculos de algunos de nuestros chicos
empiezan a preguntarse a qué se debe semejante exceso de actividad!
Cena en el hotel y,
minutos después -esto es un no parar-, velada nocturna en la sala de
ocio. Los incansables monitores del grupo tienen preparadas unas
divertidas dinámicas de grupo con las que consiguen involucrarles y
-lo que es mejor- terminar de agotarlos para asegurar su posterior
descanso.
Juegos y dinámicas de grupo en la sala de ocio del hotel. |
Tras una hora larga de
juegos, todo el mundo se retira a sus dormitorios. Por la forma que
arrastran sus pies hacia las habitaciones, todo apunta a que no
tardarán en alcanzar el sueño reparador que necesitan para afrontar
la jornada de mañana.
¡Buenas noches
desde el Pirineo!
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